Por Saiid Alami*/(R).-El patriarca de CiU (actualmente PDeCAT) en la democracia española, Jordi Pujol, no ha ocultado nunca la predilección que siente desde siempre por el sionismo. Pujol me dijo, en un encuentro con periodistas celebrado en Barcelona durante los preparativos de los Juegos Olímpicos de verano de 1992, que él se sentía sionista. Y lo decía desafiante, sin que viniese a cuento, y a sabiendas de que entre los periodistas presentes había un nutrido grupo de corresponsales de medios de prensa árabes que habíamos llegado desde Madrid.
Más de 15 años después de aquel encuentro de periodistas árabes con Pujol, concretamente el 28 de octubre del 2007, Pujol compareció ante sus amos sionistas en el Knesset (Parlamento) israelí y pronunció un discurso servil que rezumaba sometimiento a sus patronos, que son los dueños y señores de la banca de Nueva York, por la que tanto le cae la baba a este Berlusconi español de reducido tamaño que en la pasada década de los 80, y mientras ocupaba el cargo de presidente de la Generalitat, triunfó como banquero para fracasar después, en los 80 (aquella Banca Catalana, desaparecida en 1984).
Frases como: “La idea básica de ser el pueblo escogido creo que ha representado un factor potentísimo para el pueblo de Israel” y esta otra: “Tener la conciencia de pueblo escogido –escogido por Dios- y por consiguiente de pueblo único da mucha fuerza”, dan idea de la zalamería de este hombre al servicio del sionismo, insistiendo y recalcando él mismo en que los judíos son un pueblo elegido “por Dios”, lo que repite varias veces a lo largo de su intervención.
Esto se puede entender como que Pujol reconoce que el pueblo de Cataluña, del resto de España y del resto del mundo son “viles” comparados con el “pueblo” de Israel. ¿Se atrevería Pujol o Artur Mas (anterior presidente de la Generalitat catalana) a ponerse delante del pueblo de Cataluña y decirle: “Catalanes, reconozcan de una vez que sois un pueblo de mucha menos categoría que el pueblo de Israel….ese sí que merece mi admiración?”. ¿Se atreven los líderes separatistas que tanto cacarean su admiración por el sionismo y por Israel a decir eso mismo en discursos ante los catalanes? ¿Se atreven a reconocer ante sus votantes catalanes, a quienes llevan decenios engañando, que en realidad son sionistas y por lo tanto ponen a los intereses de Israel por encima de los intereses de los catalanes, como ocurre con todos los sionistas de Occidente? Aquellos congresistas estadounidenses que reconocen que son sionistas ponen en sus páginas de internet que están en el Congreso para servir los intereses de Israel. ¿Se atreverían los lideres y diputados del CiU a ser tan valientes, salir del armario, y declarar eso mismo? Porque si sus almas están prendidas por el sionismo y por Israel, como ellos mismos reconocen, ¿qué puñetas están haciendo pues en Cataluña? La respuesta es simple: servir a los intereses de Israel, y todo tiene su precio, por supuesto, que es como funcionan todos los sionistas de Occidente, auténticos mercenarios de Israel.
Pujol reconoció ante el Knesset israelí, en aquel vergonzoso discurso, que es profundamente sionista, desde su más tierna edad y de la mano del fundador del sionismo, Teodoro Herzel, a través del libro de éste titulado “El Estado Judío”: “Como les decía, yo no entré solo en contacto con el judaísmo. También y en un cierto sentido y sobre todo con el sionismo. Y no de manera superficial. Con sólo 17-18 años leí (Der Judenstaat) de Herzel”. El expresidente catalán se deshace en su discurso en enumerar los libros y los textos de autores sionistas que leyó desde jovencito, empapándose de una ideología criminal y profundamente racista, como reconoce él con su concepto de “pueblo escogido por Dios”.
Ser sionista, como los son los Pujol, Artur Mas, Puigdemont, PDeCAT y ERC, es ser racista (La ONU reconoce al sionismo como ideología racista en la resolución 3379 de la Asamblea general aprobada el 10 de noviembre de 1975), es ignorar los derechos del pueblo palestino, es aprobar y ser cómplice de las innumerables matanzas perpetradas por Israel en Palestino, Líbano, Egipto y Jordania, es aprobar la expulsión de su tierra del pueblo palestino, es rechazar las incontables resoluciones de las Naciones Unidas que hacen justicia al pueblo palestino y condenan a Israel, es apoyar la política del “apartheid” que constituye la columna vertebral de Israel y ser cómplice en su puesta en práctica contra los palestinos, es rechazar la legalidad internacional y ponerse en contra de la comunidad mundial que reconoce sin paliativos los derechos inalienables del los palestinos. Ser sionista es ser todo esto y mucho más. Ser sionista no resulta ya gratuito, pues obliga a cargarse la conciencia del sinfín de crímenes y atrocidades del sionismo y ser cómplice de todos y cada uno de ellos. Y no es cuestión que admita discusión a estas alturas del siglo XXI, cuando ya tanto Israel como el sionismo han perdido el poder que tenían en el siglo pasado de engañar, embaucar y confundir a la opinión pública de Occidente.
Mas, sionista radical
Pero todo esto parece que les importa un pimiento a Pujol, y mucho menos a Artur Mas, su predilecto alumno en la disciplina del sionismo racista y cargado de odio, ideología a la que el expresidente catalán se convirtió durante su mandato. Si lo era antes lo ocultaba muy bien, por lo menos hasta el 20 de junio del 2012, cuando declaró durante un viaje a Estados: “Con una visión más grande que la estrictamente europea, tengo ganas de asociar Catalunya, como mínimo, con Massachusetts e Israel”.
Cuando Mas visitó Israel a lo largo de 4 días, en noviembre de 2013, se negó a entrevistarse con ningún responsable palestino, incluso se negó a contestar a cualquier pregunta que tenga que ver con los palestinos en la conferencia de prensa que protagonizó en aquella visita. No sólo esto, sino que se atrevió a hacer lo que ningún responsable europeo o estadounidense se han atrevido a hacer: visitar la ciudad vieja de Jerusalén (Jerusalén Este) que es reconocida por todos los países del mundo, sin excepción, como ciudad ocupada, tal como establece la legalidad internacional encabezada por la ONU.
Con aquella visita a la futura capital del estado palestino, Artur Mas agredió, intencionadamente. al pueblo palestino, despreciando a sus anchas sus sentimientos nacionalistas, él que se llena la boca con un nacionalismo teledirigido desde Israel.
Un portavoz de la Autoridad Nacional Palestina, Xavier Abu Eid, mucho más diplomático que yo (se lo exige el cargo) declaró al respeto, el 14 de noviembre del 2013, que “de forma consciente o inconsciente Mas ayudó a legitimar una ocupación que reconocen todos los organismos oficiales internacionales” (http://ccaa.elpais.com/ccaa/2013/11/13/catalunya/1384373691_470071.html).
En estas mismas declaraciones Abu Eid va más lejos y dice: “Sabemos que el señor Mas no es líder de un Estado. Sin embargo, e independientemente de su condición de presidente autonómico, el derecho internacional rige para todos. Lo que ha hecho el presidente de la Generalitat es una grave falta”. De hecho, Mas ignoró virulentamente a los palestinos, tanto al pueblo y su perenne tragedia, como a los funcionarios de la Autoridad Nacional Palestina.
En un discurso pronunciado en la universidad de Tel Aviv, durante su mencionada visita, Mas decía que Cataluña había elegido a Israel como “un modelo” a seguir y como “un socio para la innovación”.
El ex presidente de la Generalitat, en su afán de lamer las botas a los israelíes, llegó a decir en aquel discurso que los catalanes “tenemos orígenes judíos”. ¿Qué ha querido decir con esta frase tan falsa y cargada de mentiras? ¿Tal vez poner a Cataluña a los pies de Israel? Que diga él que es lo que quiso decir con aquella frase, si se atreve.
En un intento de tergiversar y falsificar, un ridículo Artur Mas subrayó que Cataluña “acogió a muchos judíos que escapaban del horror del nazismo en el siglo pasado”. Vano y chusco intento de rescribir la historia. En aquella época (1939-1945), en España gobernaba el general Franco y los responsables de la Generalitat durante la II República habían huido de España. Es decir, que si los judíos de los que habla Artur Mas lograron asilo en España fue gracias al régimen franquista y no a los nacionalistas catalanes, que entonces ni pinchaban ni cortaban.
Llama la atención que esta actitud adoptada en noviembre del 2013, tan proclive al sionismo y a Israel y tan hostil hacia Palestina y la tragedia palestina, ha supuesto un vuelco total respecto a su postura mostrada públicamente en julio del 2011, cuando recibió en Barcelona al presidente de la Autoridad Nacional palestina, Mahmud Abbas. Entonces Mas dijo ante los periodistas que “Palestina y Cataluña son dos viejas naciones que, de acuerdo con esta tradición histórica y de acuerdo con este concepto de un pueblo y una nación, entendemos perfectamente aquellos pueblos que desean vivir en libertad, en paz y prosperidad”, señaló Mas, comparando Cataluña y Palestina. En aquella comparecencia ante la prensa junto a Abbas, Mas defendió la “paz” y la “libertad” en Oriente Medio, subrayó “la cercanía” entre los dos territorios palestino y catalán y, por lo tanto, aseguró entender el deseo de autodeterminación de Palestina.
CiU y PP catalán, lacayos de Israel
A partir de su visita a Israel de noviembre 2013, Artur Mas y CiU se volvieron sionistas radicales. Así, en julio de 2015, el Parlamento catalán rechazó una moción que, pedía, entre otras cosas, reconocer el derecho de autodeterminación del pueblo palestino. El rechazo fue posible gracias a los votos de CiU y PPC.
En cambio, en aquella votación, el Parlamento Catalán, gracias a CiU y el PPC, tomó una postura favorable a Israel, rechazando los puntos de la moción que pedían replantear las relaciones de la Generalitat con el Gobierno de Israel, como el que instaba al Govern catalán a publicar todos sus acuerdos con el Ejecutivo israelí y las empresas e instituciones del país. También fue rechazado el texto que reclamaba que el Govern no impulsase ningún acuerdo con empresas e instituciones israelíes “que tengan un papel directo y demostrado en la ocupación y colonización ilegal de territorios palestinos”.
La revisión de las relaciones con Israel que promovía aquella moción afectaba también a las universidades catalanas, a las que se animaba a rescindir los actuales convenios firmados con universidades israelíes cuando se demuestre que “tienen complicidad directa con la ocupación ilegal de territorios palestinos”, punto este que también fue rechazado gracias a los votos del CiU y el PP.
La postura del CiU en aquella votación fue tan hostil a Palestina que rechazó también el texto que pedía al Govern que instase al Gobierno central en Madrid para que hiciera llegar a Israel la necesidad de cumplir las diferentes resoluciones de la ONU a “favor de los derechos humanos y el pueblo palestino”. O sea, que tanto el CiU como el PP estaban de acuerdo en que Israel no cumpla las resoluciones de la ONU ni respete la legalidad internacional.
Israel apoya y alienta el desmembramiento de España
¿Por qué será que el sionismo e independentismo de los nacionalistas catalanes encuentra tan armoniosa consonancia en Israel? Israel tendría sus motivos, no en balde encontramos numerosos testimonios periodísticos, diplomáticos y políticos israelíes que ensalzan el separatismo catalán, lo instigan y lo aplauden. Así, por ejemplo, Adar Primor, redactor jefe del diario israelí Haartz, escribía lo siguiente en el mencionado diario, el 28 de septiembre 2012, al día siguiente de la gran manifestación independista que llenó las calles de Barcelona, bajo el título (Viva Cataluña, Viva Israel): “Justo igual que Cataluña va a ser pronto el estado del pueblo catalán, Israel es primero y ante todo el estado del pueblo judío. No habrá futuro para un estado binacional, ni para una federación, ni para una confederación ni para una autonomía ni para cantones”. Y cerraba su crónica sobre la manifestación, en la que explicaba los motivos de los catalanes para querer independizarse, con la proclama.”Visca Israel, Visca Catalonia”.
El entonces embajador de Israel en España, Alon Bar, en una entrevista con la catalana Nació Digital y también publicada por “Help Catalonia” el 19 de junio del 2012, aconsejaba lo siguiente a los catalanes y a su movimiento independentista: “…por eso recomiendo levantar un estado, respetando a vuestros vecinos y negociando con todo el mundo. Yo recomiendo alcanzar la independencia a través de la negociación con todos vuestros vecinos”. O sea, Israel, según su embajador, está muy por la labor de que España se desmembre. Y lo dicen con toda la naturalidad del mundo.
Los demás líderes independentistas catalanes
Carles Puigdemont y Oriol Junqueras.
En realidad, la inmensa mayoría de los líderes independentistas catalanes son sionistas, no sólo los del CiU. Así, Oriol Junqueras, líder de ERC, se reunió el 26 de abril del 2012 con Oren Bar-El, ministro consejero de asuntos políticos de la embajada de Israel en Madrid, reunión que, según Nació Digital, fue “intensa” y “positiva”. ¿Qué le prometería a Oriol Junqueras el diplomático israelí en una entrevista intensa y positiva como aquella, y a cambio de qué?
Por su parte, Alfons López Tena, ex dirigente de Solidaritat per la Independencia, en una entrevista al diario israelí Haaretz, el 28 de septiembre del 2012, declaró lo siguiente: “A título personal, yo soy proisraelí y prosionista. […] Como mínimo la mitad de los miembros de mi partido son de la Asociación Catalana de Amigos de Israel. Israel es un estado democrático y nosotros apoyamos todos los pasos que tiene que hacer para sobrevivir. No tenemos la intención de criticar el Gobierno de Israel. Buscamos la cooperación con Israel y esperamos que Israel apoye el movimiento por la independencia de Catalunya. Está claro que la Catalunya independiente será un amigo muy estrecho de Israel. De eso no hay ninguna duda”.
Después de todo esto, y de otros muchos datos que no tienen cabida aquí, no queda duda alguna de que Pujol, Mas, y demás independentistas catalanes, venden Cataluña a Israel y al sionismo, a espaldas de los catalanes. La inmensa mayoría de los acuerdos de cooperación y colaboración firmados por la Generalitat catalana con Israel, son secretos, y lo que exige la oposición catalana y el Movimiento BDS (Boicot, Desinversión y Sanciones) en Cataluña, es precisamente la publicación de todos los detalles de estos acuerdos, que en su mayoría fueron alcanzados en Israel.
*Saiid Alami es articulista en español desde 1975.
COMMENTARY: Israel Not Only Supports But Applauds The Dismembering of Spain
Por Saiid Alami*/(R).-El patriarca de CiU (actualmente PDeCAT) en la democracia española, Jordi Pujol, no ha ocultado nunca la predilección que siente desde siempre por el sionismo. Pujol me dijo, en un encuentro con periodistas celebrado en Barcelona durante los preparativos de los Juegos Olímpicos de verano de 1992, que él se sentía sionista. Y lo decía desafiante, sin que viniese a cuento, y a sabiendas de que entre los periodistas presentes había un nutrido grupo de corresponsales de medios de prensa árabes que habíamos llegado desde Madrid.
Más de 15 años después de aquel encuentro de periodistas árabes con Pujol, concretamente el 28 de octubre del 2007, Pujol compareció ante sus amos sionistas en el Knesset (Parlamento) israelí y pronunció un discurso servil que rezumaba sometimiento a sus patronos, que son los dueños y señores de la banca de Nueva York, por la que tanto le cae la baba a este Berlusconi español de reducido tamaño que en la pasada década de los 80, y mientras ocupaba el cargo de presidente de la Generalitat, triunfó como banquero para fracasar después, en los 80 (aquella Banca Catalana, desaparecida en 1984).
Frases como: “La idea básica de ser el pueblo escogido creo que ha representado un factor potentísimo para el pueblo de Israel” y esta otra: “Tener la conciencia de pueblo escogido –escogido por Dios- y por consiguiente de pueblo único da mucha fuerza”, dan idea de la zalamería de este hombre al servicio del sionismo, insistiendo y recalcando él mismo en que los judíos son un pueblo elegido “por Dios”, lo que repite varias veces a lo largo de su intervención.
Esto se puede entender como que Pujol reconoce que el pueblo de Cataluña, del resto de España y del resto del mundo son “viles” comparados con el “pueblo” de Israel. ¿Se atrevería Pujol o Artur Mas (anterior presidente de la Generalitat catalana) a ponerse delante del pueblo de Cataluña y decirle: “Catalanes, reconozcan de una vez que sois un pueblo de mucha menos categoría que el pueblo de Israel….ese sí que merece mi admiración?”. ¿Se atreven los líderes separatistas que tanto cacarean su admiración por el sionismo y por Israel a decir eso mismo en discursos ante los catalanes? ¿Se atreven a reconocer ante sus votantes catalanes, a quienes llevan decenios engañando, que en realidad son sionistas y por lo tanto ponen a los intereses de Israel por encima de los intereses de los catalanes, como ocurre con todos los sionistas de Occidente? Aquellos congresistas estadounidenses que reconocen que son sionistas ponen en sus páginas de internet que están en el Congreso para servir los intereses de Israel. ¿Se atreverían los lideres y diputados del CiU a ser tan valientes, salir del armario, y declarar eso mismo? Porque si sus almas están prendidas por el sionismo y por Israel, como ellos mismos reconocen, ¿qué puñetas están haciendo pues en Cataluña? La respuesta es simple: servir a los intereses de Israel, y todo tiene su precio, por supuesto, que es como funcionan todos los sionistas de Occidente, auténticos mercenarios de Israel.
Pujol reconoció ante el Knesset israelí, en aquel vergonzoso discurso, que es profundamente sionista, desde su más tierna edad y de la mano del fundador del sionismo, Teodoro Herzel, a través del libro de éste titulado “El Estado Judío”: “Como les decía, yo no entré solo en contacto con el judaísmo. También y en un cierto sentido y sobre todo con el sionismo. Y no de manera superficial. Con sólo 17-18 años leí (Der Judenstaat) de Herzel”. El expresidente catalán se deshace en su discurso en enumerar los libros y los textos de autores sionistas que leyó desde jovencito, empapándose de una ideología criminal y profundamente racista, como reconoce él con su concepto de “pueblo escogido por Dios”.
Ser sionista, como los son los Pujol, Artur Mas, Puigdemont, PDeCAT y ERC, es ser racista (La ONU reconoce al sionismo como ideología racista en la resolución 3379 de la Asamblea general aprobada el 10 de noviembre de 1975), es ignorar los derechos del pueblo palestino, es aprobar y ser cómplice de las innumerables matanzas perpetradas por Israel en Palestino, Líbano, Egipto y Jordania, es aprobar la expulsión de su tierra del pueblo palestino, es rechazar las incontables resoluciones de las Naciones Unidas que hacen justicia al pueblo palestino y condenan a Israel, es apoyar la política del “apartheid” que constituye la columna vertebral de Israel y ser cómplice en su puesta en práctica contra los palestinos, es rechazar la legalidad internacional y ponerse en contra de la comunidad mundial que reconoce sin paliativos los derechos inalienables del los palestinos. Ser sionista es ser todo esto y mucho más. Ser sionista no resulta ya gratuito, pues obliga a cargarse la conciencia del sinfín de crímenes y atrocidades del sionismo y ser cómplice de todos y cada uno de ellos. Y no es cuestión que admita discusión a estas alturas del siglo XXI, cuando ya tanto Israel como el sionismo han perdido el poder que tenían en el siglo pasado de engañar, embaucar y confundir a la opinión pública de Occidente.
Mas, sionista radical
Pero todo esto parece que les importa un pimiento a Pujol, y mucho menos a Artur Mas, su predilecto alumno en la disciplina del sionismo racista y cargado de odio, ideología a la que el expresidente catalán se convirtió durante su mandato. Si lo era antes lo ocultaba muy bien, por lo menos hasta el 20 de junio del 2012, cuando declaró durante un viaje a Estados: “Con una visión más grande que la estrictamente europea, tengo ganas de asociar Catalunya, como mínimo, con Massachusetts e Israel”.
Cuando Mas visitó Israel a lo largo de 4 días, en noviembre de 2013, se negó a entrevistarse con ningún responsable palestino, incluso se negó a contestar a cualquier pregunta que tenga que ver con los palestinos en la conferencia de prensa que protagonizó en aquella visita. No sólo esto, sino que se atrevió a hacer lo que ningún responsable europeo o estadounidense se han atrevido a hacer: visitar la ciudad vieja de Jerusalén (Jerusalén Este) que es reconocida por todos los países del mundo, sin excepción, como ciudad ocupada, tal como establece la legalidad internacional encabezada por la ONU.
Con aquella visita a la futura capital del estado palestino, Artur Mas agredió, intencionadamente. al pueblo palestino, despreciando a sus anchas sus sentimientos nacionalistas, él que se llena la boca con un nacionalismo teledirigido desde Israel.
Un portavoz de la Autoridad Nacional Palestina, Xavier Abu Eid, mucho más diplomático que yo (se lo exige el cargo) declaró al respeto, el 14 de noviembre del 2013, que “de forma consciente o inconsciente Mas ayudó a legitimar una ocupación que reconocen todos los organismos oficiales internacionales” (http://ccaa.elpais.com/ccaa/2013/11/13/catalunya/1384373691_470071.html).
En estas mismas declaraciones Abu Eid va más lejos y dice: “Sabemos que el señor Mas no es líder de un Estado. Sin embargo, e independientemente de su condición de presidente autonómico, el derecho internacional rige para todos. Lo que ha hecho el presidente de la Generalitat es una grave falta”. De hecho, Mas ignoró virulentamente a los palestinos, tanto al pueblo y su perenne tragedia, como a los funcionarios de la Autoridad Nacional Palestina.
En un discurso pronunciado en la universidad de Tel Aviv, durante su mencionada visita, Mas decía que Cataluña había elegido a Israel como “un modelo” a seguir y como “un socio para la innovación”.
El ex presidente de la Generalitat, en su afán de lamer las botas a los israelíes, llegó a decir en aquel discurso que los catalanes “tenemos orígenes judíos”. ¿Qué ha querido decir con esta frase tan falsa y cargada de mentiras? ¿Tal vez poner a Cataluña a los pies de Israel? Que diga él que es lo que quiso decir con aquella frase, si se atreve.
En un intento de tergiversar y falsificar, un ridículo Artur Mas subrayó que Cataluña “acogió a muchos judíos que escapaban del horror del nazismo en el siglo pasado”. Vano y chusco intento de rescribir la historia. En aquella época (1939-1945), en España gobernaba el general Franco y los responsables de la Generalitat durante la II República habían huido de España. Es decir, que si los judíos de los que habla Artur Mas lograron asilo en España fue gracias al régimen franquista y no a los nacionalistas catalanes, que entonces ni pinchaban ni cortaban.
Llama la atención que esta actitud adoptada en noviembre del 2013, tan proclive al sionismo y a Israel y tan hostil hacia Palestina y la tragedia palestina, ha supuesto un vuelco total respecto a su postura mostrada públicamente en julio del 2011, cuando recibió en Barcelona al presidente de la Autoridad Nacional palestina, Mahmud Abbas. Entonces Mas dijo ante los periodistas que “Palestina y Cataluña son dos viejas naciones que, de acuerdo con esta tradición histórica y de acuerdo con este concepto de un pueblo y una nación, entendemos perfectamente aquellos pueblos que desean vivir en libertad, en paz y prosperidad”, señaló Mas, comparando Cataluña y Palestina. En aquella comparecencia ante la prensa junto a Abbas, Mas defendió la “paz” y la “libertad” en Oriente Medio, subrayó “la cercanía” entre los dos territorios palestino y catalán y, por lo tanto, aseguró entender el deseo de autodeterminación de Palestina.
CiU y PP catalán, lacayos de Israel
A partir de su visita a Israel de noviembre 2013, Artur Mas y CiU se volvieron sionistas radicales. Así, en julio de 2015, el Parlamento catalán rechazó una moción que, pedía, entre otras cosas, reconocer el derecho de autodeterminación del pueblo palestino. El rechazo fue posible gracias a los votos de CiU y PPC.
En cambio, en aquella votación, el Parlamento Catalán, gracias a CiU y el PPC, tomó una postura favorable a Israel, rechazando los puntos de la moción que pedían replantear las relaciones de la Generalitat con el Gobierno de Israel, como el que instaba al Govern catalán a publicar todos sus acuerdos con el Ejecutivo israelí y las empresas e instituciones del país. También fue rechazado el texto que reclamaba que el Govern no impulsase ningún acuerdo con empresas e instituciones israelíes “que tengan un papel directo y demostrado en la ocupación y colonización ilegal de territorios palestinos”.
La revisión de las relaciones con Israel que promovía aquella moción afectaba también a las universidades catalanas, a las que se animaba a rescindir los actuales convenios firmados con universidades israelíes cuando se demuestre que “tienen complicidad directa con la ocupación ilegal de territorios palestinos”, punto este que también fue rechazado gracias a los votos del CiU y el PP.
La postura del CiU en aquella votación fue tan hostil a Palestina que rechazó también el texto que pedía al Govern que instase al Gobierno central en Madrid para que hiciera llegar a Israel la necesidad de cumplir las diferentes resoluciones de la ONU a “favor de los derechos humanos y el pueblo palestino”. O sea, que tanto el CiU como el PP estaban de acuerdo en que Israel no cumpla las resoluciones de la ONU ni respete la legalidad internacional.
Israel apoya y alienta el desmembramiento de España
¿Por qué será que el sionismo e independentismo de los nacionalistas catalanes encuentra tan armoniosa consonancia en Israel? Israel tendría sus motivos, no en balde encontramos numerosos testimonios periodísticos, diplomáticos y políticos israelíes que ensalzan el separatismo catalán, lo instigan y lo aplauden. Así, por ejemplo, Adar Primor, redactor jefe del diario israelí Haartz, escribía lo siguiente en el mencionado diario, el 28 de septiembre 2012, al día siguiente de la gran manifestación independista que llenó las calles de Barcelona, bajo el título (Viva Cataluña, Viva Israel): “Justo igual que Cataluña va a ser pronto el estado del pueblo catalán, Israel es primero y ante todo el estado del pueblo judío. No habrá futuro para un estado binacional, ni para una federación, ni para una confederación ni para una autonomía ni para cantones”. Y cerraba su crónica sobre la manifestación, en la que explicaba los motivos de los catalanes para querer independizarse, con la proclama.”Visca Israel, Visca Catalonia”.
El entonces embajador de Israel en España, Alon Bar, en una entrevista con la catalana Nació Digital y también publicada por “Help Catalonia” el 19 de junio del 2012, aconsejaba lo siguiente a los catalanes y a su movimiento independentista: “…por eso recomiendo levantar un estado, respetando a vuestros vecinos y negociando con todo el mundo. Yo recomiendo alcanzar la independencia a través de la negociación con todos vuestros vecinos”. O sea, Israel, según su embajador, está muy por la labor de que España se desmembre. Y lo dicen con toda la naturalidad del mundo.
Los demás líderes independentistas catalanes
Carles Puigdemont y Oriol Junqueras.
En realidad, la inmensa mayoría de los líderes independentistas catalanes son sionistas, no sólo los del CiU. Así, Oriol Junqueras, líder de ERC, se reunió el 26 de abril del 2012 con Oren Bar-El, ministro consejero de asuntos políticos de la embajada de Israel en Madrid, reunión que, según Nació Digital, fue “intensa” y “positiva”. ¿Qué le prometería a Oriol Junqueras el diplomático israelí en una entrevista intensa y positiva como aquella, y a cambio de qué?
Por su parte, Alfons López Tena, ex dirigente de Solidaritat per la Independencia, en una entrevista al diario israelí Haaretz, el 28 de septiembre del 2012, declaró lo siguiente: “A título personal, yo soy proisraelí y prosionista. […] Como mínimo la mitad de los miembros de mi partido son de la Asociación Catalana de Amigos de Israel. Israel es un estado democrático y nosotros apoyamos todos los pasos que tiene que hacer para sobrevivir. No tenemos la intención de criticar el Gobierno de Israel. Buscamos la cooperación con Israel y esperamos que Israel apoye el movimiento por la independencia de Catalunya. Está claro que la Catalunya independiente será un amigo muy estrecho de Israel. De eso no hay ninguna duda”.
Después de todo esto, y de otros muchos datos que no tienen cabida aquí, no queda duda alguna de que Pujol, Mas, y demás independentistas catalanes, venden Cataluña a Israel y al sionismo, a espaldas de los catalanes. La inmensa mayoría de los acuerdos de cooperación y colaboración firmados por la Generalitat catalana con Israel, son secretos, y lo que exige la oposición catalana y el Movimiento BDS (Boicot, Desinversión y Sanciones) en Cataluña, es precisamente la publicación de todos los detalles de estos acuerdos, que en su mayoría fueron alcanzados en Israel.
*Saiid Alami es articulista en español desde 1975.
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